En el primer vídeo Jonas Kaufmann (el tenor de moda). Creo que la opción de ejecutar el aria modulando cuidadosamente de menos a más es acertada, además la interpretación es muy buena y el "color" de su voz es muy peculiar, muy varonil.
El segundo vídeo es de Roberto ALAGNA, de la película de Benoît Jacquot; a mi me parece que este hombre canta de maravilla, no sé muy bien porqué, pero creo que es porque tiene una técnica muy precisa.
El tercero, que tiene peor calidad es de Pavarotti ¿Que decir? Es como un amanecer o como una puesta de sol !Puro poderío!
El cuarto es de Giuseppe di Stefano y de nuevo resulta sorprendente. Canta el aria con una personalidad propia. Le da ese tono "antiguo" tan especial.
El protagonista, el pintor anarquista Mario Cavaradossi, canta el aria "E lucevan le stelle ", como prisionero en el Castillo Sant'Angelo (Roma), momentos antes de su inminente ejecución:
E lucevan le stelle...
Ed olezzava la terra...
Stridea l'uscio dell'orto...
E un passo sfiorava la rena...
Entrava ella, fragrante,
Mi cadea fra le braccia...
Oh! dolci baci, o languide carezze,
Mentr'io fremente
Le belle forme disciogliea dai veli!
Svanì per sempre il sogno mio d'amore...
L'ora è fuggita...
E muoio disperato!
E muoio disperato!
E non ho amato mai tanto la vita!...
Tanto la vita!...
E lucevan le stelle...
Ed olezzava la terra...
Stridea l'uscio dell'orto...
E un passo sfiorava la rena...
Entrava ella, fragrante,
Mi cadea fra le braccia...
Oh! dolci baci, o languide carezze,
Mentr'io fremente
Le belle forme disciogliea dai veli!
Svanì per sempre il sogno mio d'amore...
L'ora è fuggita...
E muoio disperato!
E muoio disperato!
E non ho amato mai tanto la vita!...
Tanto la vita!...
***
Y brillaban las estrellas,
Y olía la tierra,
Chirriaba la puerta del huerto,
Y unos pasos rozaban la arena...
Entraba ella, fragante,
Caía entre mis brazos...
¡Oh, dulces besos! ¡Oh, lánguidas caricias,
Mientras yo, tembloroso,
Sus bellas formas desataba de los velos!
Desvaneció para siempre mi sueño de amor...
La hora ha pasado...
¡Y muero desesperado!
¡Y muero desesperado!
¡Y jamás he amado tanto la vida!
¡Tanto la vida!
Y olía la tierra,
Chirriaba la puerta del huerto,
Y unos pasos rozaban la arena...
Entraba ella, fragante,
Caía entre mis brazos...
¡Oh, dulces besos! ¡Oh, lánguidas caricias,
Mientras yo, tembloroso,
Sus bellas formas desataba de los velos!
Desvaneció para siempre mi sueño de amor...
La hora ha pasado...
¡Y muero desesperado!
¡Y muero desesperado!
¡Y jamás he amado tanto la vida!
¡Tanto la vida!
GIRO: A ver, si eres anarquista, ya sabías que tarde o temprano te podian pillar y acabar en prisión. Entonces a qué viene tanto lamento. Hay que ser consecuentes con nuestros actos.
Además, entiendo lo de el huerto, las estrellas, las lánguidas caricias etc. Debió ser especial y maravilloso... !Pero estás a punto de morir! ¿Será esa tu última danza frente a la muerte? ¿Recordar sus bellas formas y gimotear? !Por Dios! ¿No hay ningún momento en el que hallas sido digno y memorable? ¿No hay algún acto lleno de belleza verdadera y de poder en tu vida, al menos para detenerla un instante?
Y si esa pasión es tan fuerte, acabas de descubrir el verdadero valor del tiempo, de vivir de instante en instante. Te acecha la muerte y ahora entiendes que en tu vida hubo instantes eternos. No los conviertas en puro sentimentalismo lastimero. !Da gracias por esos instantes! Da gracias, e inflama la llama que te guió para que el amor pudiera ser.
Esa llama no puede nacer ni morir, esa llama es eterna y no pertenece al tiempo.