viernes, 3 de septiembre de 2010

La Laguna Negra



Resulta enigmático como suceden a veces las cosas.

Hay lugares a los que cuesta mucho llegar, parece como si una fuerza invisible confundiese los caminos o las señales. Hay lugares que requieren de un gran tesón y perspicacia para poder ser hallados.

De hecho tanto a Ulises como a Parsifal e incluso a Alicia, les sucede lo mismo, se ven perdidos o mas bien desviados una y otra vez, en su intento de regresar.

Cuando al fin regresan ya nada es igual. Ellos han cambiado y el lugar al que querían volver también a cambiado. Sin embargo, como le dice Don Juan a Castaneda: "Descendemos al infierno y luego retornamos", "Pero retornamos cargados de tesoros".



Es como la ley de la gravedad, que "engancha" a los planetas en sus órbitas y une a la materia dándole densidad. Sabemos que si esa densidad llega a ser extrema absorbe incluso la luz, como pasa en los agujeros negros.

Newton estudió las relaciones entre los cuerpos celestes. Postuló de forma exacta sus movimientos y órbitas, enunció la ley de la gravedad, y nunca negó la existencia del creador, más bien se maravilló como un niño ante su obra (quizá por eso esta enterrado en la Abadía de Westminster junto a los príncipes). Einstein estudió la naturaleza de la luz, y descubrió que el tiempo es relativo, no es un valor constante. Tampoco negó nunca la existencia de un creador, más bien se maravilló como un niño ante su obra(quizá por eso se le considera el cerebro más inteligente del siglo XX).

Ahora resulta que el insigne físico Hawkins, después de estudiar durante años los agujeros negros y el Big Bang, ha decidido que para explicar la formación del universo no es necesario tener en cuenta a Dios, basta con tener en cuenta la ley de la gravedad. Lo curioso es que afirma que existen al menos once universos diferentes en dimensiones que desconocemos, pero que matemáticamente son demostrables. Él no ha visitado ninguno de esos universos, solo los ha razonado, y sin embargo cree que la gravedad lo explica todo. En parte tiene razón, cuanto mayor es la densidad, cuanto más fuerte es la ley de la gravedad, más lejos se encuentra uno de la luz.

Me pregunto, qué fuerzas le habrán desviado, de esa parte de uno mismo que se maravilla como un niño ante el incomprensible misterio de la creación.